que caen del cielo con la alborada,
se refleja su mirada en una navaja de escarcha
contra la que se arroja al llegar
cada mañana de plata
Niño de fuego
baila
mata
sal del río
en el que limpias la sangre
de otros que no quisieron
recoger los platos
de esta casa abandonada
El perro sin techo
canta
al llegar la madrugada
y se pierde su eco entre las calles
de una mentira
cien veces contada.