que anula
y el nudo
que anuda
el núcleo de este nuevo
norte
Cruje el cuarto cráneo
del cuervo discorde
que carga cuerdas
de acuerdo
con la condena
de la
carne muerta
y la sangre deforme
Sanan las balas
que pasan
a través de las caras
que cantan
curiosas nanas
de damas
cansadas y castas
que cacarean canciones
sobre camas de cartas
y ocultan
la duda y la culpa
en la cara oscura
de esta cabalgata
de runa puntiaguda
y luna escarchada
Mi comienzo
yace
en el momento
en que siento
que cada día
sin guía
que he sentido cierto
miente
y planto así la simiente
de un sordo escombro
de herrumbre
que ruge
en la cumbre
de este cuerpo
que es mi cárcel
de suerte y de cáncer,
de carne y de muerte
y ensordecerá las trece
ciegas verdades
que pacen
en el frío cieno de las falsas paces,
en el seno
de esta torturada
balada
en que se ha convertido
esta maltratada
mente.