dónde viven
cómo bailan
qué comen tus gusanos
ahora que mi carne
duerme
entre los restos del naufragio.
Y las páginas se queman
en este vacío
de silencios a contrarreloj
y relatos en dirección contraria
Las constantes mueren
los gemelos duermen
las variables se quedan
atrás
Y la historia siempre regresa
siempre un faro
siempre un hombre
siempre una ciudad
No tengo las respuestas
ni las preguntas
ni los cálculos
de los ángulos torcidos
de este viejo camino
Solo recuerdo un cruce
una madrugada de invierno
dos ojos amarillos en la espesa noche
un pacto de seis cuerdas
y el sabor del suelo
a cuatro patas
aullando a una luna
que ya no existe
Me preguntan por tus huesos
y yo cuento los días
echando mis miedos al agua
para usarlos como ancla
cada vez que paseo por la vieja playa
borrando mis propias huellas
en aquella maldita orilla.
Siempre un faro
que no es el mío
Siempre un hombre
que no soy yo
Siempre una ciudad
que no es la mía.
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