domingo, 11 de agosto de 2013

One.

La noche antes de un largo viaje, siempre hace frío.
No importa si cierras o abres la ventana: el frío penetra en tus huesos y te hace arroparte bajo las mantas, pegar los brazos al cuerpo, cerrar los ojos para concentrar el calor.
Vuelves a los 5 años.
Vuelves al terror nocturno.
Vuelves a la soledad.

La soledad.
¿Volver a ella?
¿Cuándo la has abandonado?
Es tu puta preferida, y tú su mejor cliente. Nunca va a dejarte marchar, al fin y al cabo todos estamos durmiendo con ella cuando llega la muerte. Ella es así de ambiciosa.



Soy un mendigo. 
Soy un niño revoltoso y abandonado, que camina por las calles sin más carga que sus fantasmas y una botella de ron. 
Pero hago lo que puedo, ¿no? No soy doblegado, no tengo correa, nadie me ha atrapado.
Soy libre como un perro sin chip.
Vago, solo vago por donde puedo y por donde no puedo.
Camino sin rumbo, y si no tengo permiso para hacerlo, mejor.
No me gusta pedir permiso, no me gusta pedir perdón.
Nunca he jugado a su juego, nunca he sido otra pieza, otro peón.
No.

Pero, ¿de qué me sirve?
En el núcleo de la soledad más absoluta, solo tengo un billete hacia la suerte.
Siempre estuve jodido, maldito. Nunca me salieron bien mis planes, así que vivo al día.
El as de picas.
La carta de la muerte.
Me juego la vida en causas perdidas, me juego mi causa en una vida perdida.
Me juego el alma, y la pierdo mil veces. Y la perderé otras mil.

No sé a donde voy.
No sé de donde vengo.
No sé si este mi sitio,
no sé siquiera si tengo hogar.
Solo sé que estoy hecho pedazos, desde que tengo uso de razón,
y sigo buscando las piezas de este rompecabezas que lleva mi nombre.
Me odio cuando debería quererme,
me quiero cuando debería odiarme.
Soy la veleta del infierno,
el caso perdido.



Y la pregunta no es si tengo remedio, la pregunta ni siquiera es si seguiré alimentándome de rechazo.
La pregunta es si quieres pasar la noche aquí, dentro de mí.
Así que responde, quédate conmigo, hace frío y es tarde.
Ven aquí y cierra los ojos, entre mis brazos.
Quédate conmigo y busca.
Cuatro manos son más que dos.
Y encuentran muchos más pedazos.

1 comentario: