Sus armaduras, cubiertas de huesos y plumas negras, tiemblan con el viento.
Sus sonrisas están cubiertas de sangre. De odio.
Los dioses juegan a los dados con mi mente.
De rodillas, espero el golpe final.
Espero el momento en el que todos ellos corran hacia mí, con sus armas levantadas, y despedacen mi cuerpo con brutalidad. Con amor.
Espero mi muerte.
Los lobos lloran.
La lluvia cae con fuerza.
Suelto la espada, suelto el escudo.
El dragón cierra los ojos y se relame, afilando las uñas.
Me abro la armadura y me pongo en pie una vez más.
Es todo lo que puedo hacer, en la noche del cuervo.
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