Ya no recordaba
el fuego en el pecho
la risa en la ventana
las botas en la carretera
el beso en la oscuridad
la vida
que abrasa.
Existir en el silencio
entre un rasgueo y el siguiente
entre las ondas que distorsionan
los días del fin.
Solo necesito un agujero en el cielo
para dormir
una señal en el cielo
para encontrar un mundo nuevo
una voz
que me abrace al final de la noche.
Toda una vida siendo inmortal
y solo necesitaba morir
para volver a correr.
Volver
a empezar.
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