sábado, 12 de febrero de 2022

Lo que no puede expresarse

He reescrito estas líneas
tantas veces
que he roto el papel.

Estoy sentado junto a los agujeros,
reuniendo el poco valor que me queda
para hablar 
a través de ellos.
Y no sé qué decir.

No había espacio para mis palabras
y tus recuerdos
en estas maletas.
He tenido que elegir,

y ahora,
como la luz de invierno
sobre las olas,
muero

al caer la tarde.

Sin más latidos
que estas teclas,
sin más abrazo
que este aire frío
que llena la habitación,
muero

al pensarte.


No puedo decirte
lo que no puede expresarse.


Si pudiese,

te diría
que perder el miedo
fue mi primer deseo

que me vieras,
fue el segundo.

que al tocar tus manos
me siento
como el viaje que se acaba,
como si
por fin
llegase a casa.

que cuando sonríes,
hasta la sombra más oscura,
pasa.

que cuando me miras
me siento
como debe sentirse el cielo
cuando lo contempla Dios,
yo
que nunca he tenido nada
salvo mi voz
y los trozos
de una estúpida espada.

Pero al final,
todo es pasajero.
Ya solo me queda un sueño
para pasar la noche,
el fantasma de un beso en el cuello,
un aleluya frío y roto
temblando en la oscuridad.

Ya solo quedan unas horas
para que se acabe el día,

qué importa ya.


Es
por tu risa
por tus truenos
por tus ojos
por tus alas extendidas

por esta canción

por este desván
en el que han pasado los años
como si fuesen días,



te amo

en esta
y en todas
las demás
vidas.


Y mañana
solo quedaremos
yo
y esta promesa:



voy a correr
hasta prenderme fuego

y a dejar que la ceniza
sea mi despedida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario