lunes, 24 de enero de 2022

Angelus

Me he sentado con el Diablo
en el viejo acantilado.

Me susurra palabras
que se elevan en el aire,
formando recuerdos
entre las nubes;
flotan,
giran despacio
cambiando de forma,
vuelan sobre las rocas
y se posan en el agua
como barcos de papel,
se adentran en el mar
dejando estelas de tinta,
escribiendo canciones
en la espuma
sin mirar atrás.

Llevo días en silencio
con el corazón en la mano,
contando los segundos
en latidos que se apagan
bajo el rumor de las olas.

Cuando el sol se desvanece
solo quedan mi cuerpo y su voz,
que me acompañan en la oscuridad
de esta noche sin luna;
mientras se apaga el mundo
y la tinta se disuelve en el agua,
mis pensamientos se acuestan,
despacio,
en el lecho del oceáno.

Dejo que mis ojos
se pierdan en este horizonte
siguiendo la estela de los barcos,
y sueño que me encuentro
al final de esta canción.

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