suena el eco de una canción
que me lleva de la mano
al lugar donde guardo mis restos
Dejo que el frío me envuelva
y contengo la respiración
para escuchar el susurro
de cada uno de mis huesos
Me acuesto junto a ellos,
murmuro una oración,
y abrazo de nuevo esta espada
sobre un lecho de sueños muertos.
Algo late en esta oscuridad.
Mis manos buscan la empuñadura a ciegas.
Hoy,
en esta caverna,
recuerdo quién soy.
Nací para espantar monstruos.
Y en esta oscuridad
late un nido.
Sé quién soy.
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